Estudié Arquitectura Técnica en UEMC través del programa de intercambio del gobierno brasileño, Ciencia sin Fronteras.

La UEMC tiene tanto, unos empleados bien preparados, como una estructura física fantástica. A pesar de ser una pequeña universidad - en comparación con el campus de las universidades brasileñas - tiene todo lo necesario para disfrutar de una buena estancia.

La receptividad de los profesores, alumnos y empleados - desde rectorado hasta el servicio de limpieza - me sorprendió. Conociendo la reputación de los vallisoletanos, encontré en la UEMC personas muy útil, de buen humor y dispuestos a conocer nuevas culturas y compartir la suya.

Valladolid es una de esas ciudades que son hermosas y tranquillas. Con muchos museos y actividades culturales y gastronómicas durante todo el año (la principal es la Fiestas de la Virgen de San Lorenzo, en septiembre). Los aficionados del clima tropical, el invierno puede asustar un poco, ¡y el verano también!”